Siente a un pobre en su mesa... aunque sea pasada la navidad
Artículos - Opinión
Esta Europa de los mercaderes que, evocando el cine de Woody Allen, coge los derechos y el dinero de los trabajadores y corre, esta Europa “cristiana”, que buscó el “argumento” de que Turquía era un país musulmán, importándole mucho menos la vulneración de los Derechos Humanos de la minoría kurda, entre otras violaciones, para decirle no eres bienvenida a nuestro selecto Club, pondrá algunos pobres a su mesa parlamentaria los días 27 y 28 de Enero de 2011.Su tradición cristiana y su carácter de espacio de mercado para ricos plutócratas se verán ahora reflejadas en el “democrático” acto de desarrollar su próximo Ágora de los Ciudadanos en el Parlamento Europeo sobre el tema estrella “Crisis y Pobrezas” en las citadas fechas (1)
El Ágora de los Ciudadanos se presenta como un espacio, en el Parlamento Europeo, en el que se invita a “la sociedad civil europea a expresar sus puntos de vista, a presentar sus análisis y propuestas, y a destacar la función que desean tener en las acciones futuras de la UE” (2).
En otras palabras, el Ágora de los Ciudadanos es al Parlamento Europeo lo mismo que la visita de los colegiales, los jubilados o los ciudadanos en día de celebración de las Constituciones Nacionales de los países integrantes de la UE a sus Parlamentos respectivos, un medio de infantilización, simulacro y teatrillo de calle de la democracia representativa ampliada a “la chusma” que sigue las parlamentarias puestas en escena por televisión, con menor entusiasmo que los programas de casquería televisiva, sensacionalismo y entrevistas a famosetes de dudosa condición, sablistas, largones sobre intimidades y princesas de la cutrez soez.
Ponga un pobre en su mesa, también después de Navidad, o el Ágora de los Ciudadanos del Parlamento Europeo de Enero de 2011, es la consecuencia de la selección de un pobre de solemnidad por país, a partir de un estudio realizado por una consultora multinacional sobre los efectos de la crisis económica en la pobreza de los ciudadanos de cada país miembro en los primeros días del mes de Diciembre de 2010.
El estudio se realizaba en base a una metodología de tipo cualitativo, basada en el Grupo de Discusión y la selección se realizaba aleatoriamente a partir de personas, hombres y mujeres, mayores de 60 años (uno de los nuevos segmentos más castigados por la nueva pobreza, la derivada de esta crisis sistémica del capitalismo) y situados bajo el umbral de la pobreza.
Para quien no le quede claro de lo que estamos hablando cuando utilizamos la expresión “personas situadas bajo el umbral de la pobreza”, en España nos estamos refiriendo a personas sin hogar (5 de los componentes del Grupo de Discusión realizado en España para el mencionado estudio), a perceptores de la Renta Mínima de Inserción (RMI), de alrededor de 400 € al mes, a parados de larga duración con una renta mensual por importe de 426 €, a personas que incluso carecen de cualquiera de las citadas rentas, a personas que viven en un hogar, sea de alquiler o cedido por un tercero (4 de los participantes en el estudio para España), y con personas a su cargo, pero similares condiciones económicas a las citadas. Casi todos ellos sin trabajo (quienes lo tenían era en la economía sumergida y con sueldos muy inferiores al mínimo interprofesional). Debemos dejar claro que 3 de los 9 participantes habían tenido antes un negocio propio y que la mitad de la muestra había pertenecido en el pasado a lo que conocemos en un sentido amplio como clases medias.
La investigación cualitativa, no es una técnica distributiva, no pretende representar muestralmente al universo del que es originaria. No es esa su función. Es una técnica estructural, cuyo valor es el de asegurarse que estén presentes los principales segmentos del universo que se pretende estudiar y sus respectivos discursos sociales, independientemente de en qué proporción. Su objetivo no es conocer “cuántos de qué”, sino los “cómos” y los “porqués” y profundizar en ellos.
En todo caso, en un país cuyo último dato provisional del Instituto Nacional de Estadística para 2010 pone de manifiesto que el 20,8% de su población está ya bajo el umbral de la pobreza y en una UE cuyos datos sobre el mismo concepto establecían ya en 2008 una tasa de pobreza del 17%, no existiría dificultad alguna para construir una amplia muestra representativa de dicho universo de pobres, si se hubiera pretendido una representación cuantitativa.
Pero sin embargo, bajo la frialdad de unas cifras anónimas, sin rostro, existen tragedias personales que poco parecen importarles a los burócratas de la UE ni a los plutócratas causantes de esta crisis que tanto ha engordado sus cuentas, en la misma proporción en la que ha arruinado a millones de familias y de individuos, excluidos ahora en la práctica de esa mentira que llaman “ciudadanía europea”.
Quizá se pregunten cuál era la opinión de los excluidos sociales, participantes en el Grupo de Discusión español, del que se extraerán conclusiones para el próximo Ágora de los Ciudadanos del Parlamento Europeo.
Puedo asegurarles que esa es una cuestión menor. Y no porque carezca de importancia el modo en que estas personas perciben el efecto de la crisis económica en sus vidas sino porque, en el fondo, dicho discurso no era muy diferente del que los todavía no integrantes de la poco deseable etiqueta de “personas situadas bajo el umbral de la pobreza”. Tampoco entre los “sin techo” ni entre quienes viven en situaciones de gran precariedad emerge un discurso crítico que ponga en tela de juicio los cimientos sobre los que se asienta esta sociedad profundamente injusta y desigual. Por desgracia, la ideología socialmente dominante es, casi siempre, la ideología de las clases dominantes. Imbuidos de ella, incluso sus propias víctimas aceptan las circunstancias que les ha tocado vivir más como factores personales, causas de un ciego destino o consecuencias de una crisis que se percibe desligada de unos causantes, unos intereses y unas prácticas económicas y sociales.
Pero mientras percibía a un palmo de mi nariz el característico olor de la pobreza que ha empezado a perder su invisible frontera de la dignidad, el de quienes duermen bajo el techo de un albergue de la caridad pública, ese olor penetrante entre acre y dulzón, que delata una higiene insuficiente y que parece invadir los espacios cerrados y adherirse amenazantemente a pieles y ropas ajenas, no dejaba de pensar en la colección de temas que preocupaban a aquellos “bienintencionados” burócratas que se habían hecho la pregunta ¿qué pensarán los pobres españoles y de otros países de la UE sobre la crisis económica? ¿Quieren saber lo que realmente les preocupa a esos esforzados parlamentarios europeos y a esos altruistas burócratas de la Unión Europea respecto a los pobres de “sus” países? Se lo explicaré de un modo sintético* El retrato que hacen de la pobreza los medios de comunicación y el modo en que dicho perfil comunicado hace sentirse a los nuevos pobres (los derivados de la crisis económica).* La percepción que respecto de su situación y sus vidas tienen los políticos europeos y el modo en que creen ser comprendidos por dichos políticos. Significativamente se había excluido de dicha percepción a quienes tienen el poder de verdad: los plutócratas, banqueros y grandes empresarios; es decir, los causantes de la crisis.* El grado de conocimiento entre los afectados por la crisis de las ¡¡¡¿¿¿políticas europeas destinadas a combatir la pobreza???!!!* Sus condiciones de vida en sus barrios, quienes lo tienen porque aquellos que carecen de casa no tienen barrio, ya que es el hogar, como espacio físico que fija al sujeto a un entorno, un elemento decisivo para el sentimiento de pertenencia a algún lugar.* Y ya de traca, si no fuera demasiado hiriente por la estupidez y la impertinencia del objetivo a conocer respecto a la situación del público objeto de estudio, su acceso a Internet y a otras tecnologías modernas de la comunicación. Si, ya sé aquello de la brecha digital y blablabla pero, ¿de verdad creen que a un colectivo desempleado, mayor de 60 años, la mitad de él sin techo y sin casi recursos económicos, el tema de Internet es lo que más les afecta y preocupa?Hace tiempo que he aprendido que los temas “escabrosos” no se plantean de forma directa, sino muchas siempre por la puerta de atrás, de modos más sutiles y mendaces, con planteamientos más indirectos y que no están presentes en el briefing de los auténticos objetivos de una investigación; sobre todo cuando quien demanda la información es el poder.
Lo que estos burócratas y políticos de la UE de verdad deseaban saber es el clima social que se respira entre el lumpemproletariado de la plebe, conocer si culpan o no a los políticos –¡pobriños, si sólo son los chicos de los recados del gran capital!- de su situación; en definitiva, hasta qué punto el deterioro social y económico que sufren amplias capas de los trabajadores y la clase media está cimentando la base de un cuestionamiento social de la legitimidad del sistema político que sustenta la “legitimidad”, a su vez, del sistema económico de rapiña o “libre mercado”
Eso sí, para agradecer su colaboración a tan loable objetivo, durante la reunión se agasajó a los pobres de solemnidad con un catering, coherentemente con un mes tan navideño, se les pagó una cantidad simbólica por aportar información a quienes aplican políticas contra sus intereses y se les prometió que una persona por Grupo de Discusión de cada país será llevada de excursión –“gratis total”- al Parlamento Europeo para participar en ese engendro llamado Ágora de los Ciudadanos, en el que un hemiciclo semivacío, salvo cuatro parlamentarios con mejores intenciones que posibilidad de acción real, les escuchará dormitando o mirando nerviosamente sus bonitas agendas electrónicas.
¿MORALEJA DE TODO ESTO? Yo no la tengo. O sí pero ahora no les voy a soltar mi acostumbrada parrafada política, que ya muchos conocen. Sólo una profunda y enorme mala hostia muy poco recomendable para el tan virtuoso espíritu navideño.
NOTAS:
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Esta Europa de los mercaderes que, evocando el cine de Woody Allen, coge los derechos y el dinero de los trabajadores y corre, esta Europa “cristiana”, que buscó el “argumento” de que Turquía era un país musulmán, importándole mucho menos la vulneración de los Derechos Humanos de la minoría kurda, entre otras violaciones, para decirle no eres bienvenida a nuestro selecto Club, pondrá algunos pobres a su mesa parlamentaria los días 27 y 28 de Enero de 2011.
Su tradición cristiana y su carácter de espacio de mercado para ricos plutócratas se verán ahora reflejadas en el “democrático” acto de desarrollar su próximo Ágora de los Ciudadanos en el Parlamento Europeo sobre el tema estrella “Crisis y Pobrezas” en las citadas fechas (1)
El Ágora de los Ciudadanos se presenta como un espacio, en el Parlamento Europeo, en el que se invita a “la sociedad civil europea a expresar sus puntos de vista, a presentar sus análisis y propuestas, y a destacar la función que desean tener en las acciones futuras de la UE” (2).
En otras palabras, el Ágora de los Ciudadanos es al Parlamento Europeo lo mismo que la visita de los colegiales, los jubilados o los ciudadanos en día de celebración de las Constituciones Nacionales de los países integrantes de la UE a sus Parlamentos respectivos, un medio de infantilización, simulacro y teatrillo de calle de la democracia representativa ampliada a “la chusma” que sigue las parlamentarias puestas en escena por televisión, con menor entusiasmo que los programas de casquería televisiva, sensacionalismo y entrevistas a famosetes de dudosa condición, sablistas, largones sobre intimidades y princesas de la cutrez soez.
Ponga un pobre en su mesa, también después de Navidad, o el Ágora de los Ciudadanos del Parlamento Europeo de Enero de 2011, es la consecuencia de la selección de un pobre de solemnidad por país, a partir de un estudio realizado por una consultora multinacional sobre los efectos de la crisis económica en la pobreza de los ciudadanos de cada país miembro en los primeros días del mes de Diciembre de 2010.
El estudio se realizaba en base a una metodología de tipo cualitativo, basada en el Grupo de Discusión y la selección se realizaba aleatoriamente a partir de personas, hombres y mujeres, mayores de 60 años (uno de los nuevos segmentos más castigados por la nueva pobreza, la derivada de esta crisis sistémica del capitalismo) y situados bajo el umbral de la pobreza.
Para quien no le quede claro de lo que estamos hablando cuando utilizamos la expresión “personas situadas bajo el umbral de la pobreza”, en España nos estamos refiriendo a personas sin hogar (5 de los componentes del Grupo de Discusión realizado en España para el mencionado estudio), a perceptores de la Renta Mínima de Inserción (RMI), de alrededor de 400 € al mes, a parados de larga duración con una renta mensual por importe de 426 €, a personas que incluso carecen de cualquiera de las citadas rentas, a personas que viven en un hogar, sea de alquiler o cedido por un tercero (4 de los participantes en el estudio para España), y con personas a su cargo, pero similares condiciones económicas a las citadas. Casi todos ellos sin trabajo (quienes lo tenían era en la economía sumergida y con sueldos muy inferiores al mínimo interprofesional). Debemos dejar claro que 3 de los 9 participantes habían tenido antes un negocio propio y que la mitad de la muestra había pertenecido en el pasado a lo que conocemos en un sentido amplio como clases medias.
La investigación cualitativa, no es una técnica distributiva, no pretende representar muestralmente al universo del que es originaria. No es esa su función. Es una técnica estructural, cuyo valor es el de asegurarse que estén presentes los principales segmentos del universo que se pretende estudiar y sus respectivos discursos sociales, independientemente de en qué proporción. Su objetivo no es conocer “cuántos de qué”, sino los “cómos” y los “porqués” y profundizar en ellos.
En todo caso, en un país cuyo último dato provisional del Instituto Nacional de Estadística para 2010 pone de manifiesto que el 20,8% de su población está ya bajo el umbral de la pobreza y en una UE cuyos datos sobre el mismo concepto establecían ya en 2008 una tasa de pobreza del 17%, no existiría dificultad alguna para construir una amplia muestra representativa de dicho universo de pobres, si se hubiera pretendido una representación cuantitativa.
Pero sin embargo, bajo la frialdad de unas cifras anónimas, sin rostro, existen tragedias personales que poco parecen importarles a los burócratas de la UE ni a los plutócratas causantes de esta crisis que tanto ha engordado sus cuentas, en la misma proporción en la que ha arruinado a millones de familias y de individuos, excluidos ahora en la práctica de esa mentira que llaman “ciudadanía europea”.
Quizá se pregunten cuál era la opinión de los excluidos sociales, participantes en el Grupo de Discusión español, del que se extraerán conclusiones para el próximo Ágora de los Ciudadanos del Parlamento Europeo.
Puedo asegurarles que esa es una cuestión menor. Y no porque carezca de importancia el modo en que estas personas perciben el efecto de la crisis económica en sus vidas sino porque, en el fondo, dicho discurso no era muy diferente del que los todavía no integrantes de la poco deseable etiqueta de “personas situadas bajo el umbral de la pobreza”. Tampoco entre los “sin techo” ni entre quienes viven en situaciones de gran precariedad emerge un discurso crítico que ponga en tela de juicio los cimientos sobre los que se asienta esta sociedad profundamente injusta y desigual. Por desgracia, la ideología socialmente dominante es, casi siempre, la ideología de las clases dominantes. Imbuidos de ella, incluso sus propias víctimas aceptan las circunstancias que les ha tocado vivir más como factores personales, causas de un ciego destino o consecuencias de una crisis que se percibe desligada de unos causantes, unos intereses y unas prácticas económicas y sociales.
Pero mientras percibía a un palmo de mi nariz el característico olor de la pobreza que ha empezado a perder su invisible frontera de la dignidad, el de quienes duermen bajo el techo de un albergue de la caridad pública, ese olor penetrante entre acre y dulzón, que delata una higiene insuficiente y que parece invadir los espacios cerrados y adherirse amenazantemente a pieles y ropas ajenas, no dejaba de pensar en la colección de temas que preocupaban a aquellos “bienintencionados” burócratas que se habían hecho la pregunta ¿qué pensarán los pobres españoles y de otros países de la UE sobre la crisis económica?
¿Quieren saber lo que realmente les preocupa a esos esforzados parlamentarios europeos y a esos altruistas burócratas de la Unión Europea respecto a los pobres de “sus” países? Se lo explicaré de un modo sintético
* El retrato que hacen de la pobreza los medios de comunicación y el modo en que dicho perfil comunicado hace sentirse a los nuevos pobres (los derivados de la crisis económica).
* La percepción que respecto de su situación y sus vidas tienen los políticos europeos y el modo en que creen ser comprendidos por dichos políticos. Significativamente se había excluido de dicha percepción a quienes tienen el poder de verdad: los plutócratas, banqueros y grandes empresarios; es decir, los causantes de la crisis.
* El grado de conocimiento entre los afectados por la crisis de las ¡¡¡¿¿¿políticas europeas destinadas a combatir la pobreza???!!!
* Sus condiciones de vida en sus barrios, quienes lo tienen porque aquellos que carecen de casa no tienen barrio, ya que es el hogar, como espacio físico que fija al sujeto a un entorno, un elemento decisivo para el sentimiento de pertenencia a algún lugar.
* Y ya de traca, si no fuera demasiado hiriente por la estupidez y la impertinencia del objetivo a conocer respecto a la situación del público objeto de estudio, su acceso a Internet y a otras tecnologías modernas de la comunicación. Si, ya sé aquello de la brecha digital y blablabla pero, ¿de verdad creen que a un colectivo desempleado, mayor de 60 años, la mitad de él sin techo y sin casi recursos económicos, el tema de Internet es lo que más les afecta y preocupa?
Hace tiempo que he aprendido que los temas “escabrosos” no se plantean de forma directa, sino muchas siempre por la puerta de atrás, de modos más sutiles y mendaces, con planteamientos más indirectos y que no están presentes en el briefing de los auténticos objetivos de una investigación; sobre todo cuando quien demanda la información es el poder.
Lo que estos burócratas y políticos de la UE de verdad deseaban saber es el clima social que se respira entre el lumpemproletariado de la plebe, conocer si culpan o no a los políticos –¡pobriños, si sólo son los chicos de los recados del gran capital!- de su situación; en definitiva, hasta qué punto el deterioro social y económico que sufren amplias capas de los trabajadores y la clase media está cimentando la base de un cuestionamiento social de la legitimidad del sistema político que sustenta la “legitimidad”, a su vez, del sistema económico de rapiña o “libre mercado”
Eso sí, para agradecer su colaboración a tan loable objetivo, durante la reunión se agasajó a los pobres de solemnidad con un catering, coherentemente con un mes tan navideño, se les pagó una cantidad simbólica por aportar información a quienes aplican políticas contra sus intereses y se les prometió que una persona por Grupo de Discusión de cada país será llevada de excursión –“gratis total”- al Parlamento Europeo para participar en ese engendro llamado Ágora de los Ciudadanos, en el que un hemiciclo semivacío, salvo cuatro parlamentarios con mejores intenciones que posibilidad de acción real, les escuchará dormitando o mirando nerviosamente sus bonitas agendas electrónicas.
¿MORALEJA DE TODO ESTO? Yo no la tengo. O sí pero ahora no les voy a soltar mi acostumbrada parrafada política, que ya muchos conocen. Sólo una profunda y enorme mala hostia muy poco recomendable para el tan virtuoso espíritu navideño.
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