El volumen de pisos adjudicados por la banca alcanzará cifras récord el próximo año. Una realidad de que la ya son conscientes las propias entidades. “Una caja andaluza tiene puestas a la venta 4.000 viviendas y prevé que esa cifra aumente hasta las 8.000 en 2011”, explican desde la consultora Jones Lang LaSalle.
Lunes, 13 de Diciembre de 2010 - 14:47 h. Carlos Ferrer-Bonsoms es director de Residencial de la consultora inmobiliaria desde 1999, un cargo al que ahora también se suma la venta de activos de las entidades financieras dada la actual coyuntura del ladrillo.
Las conversaciones con bancos y cajas se suceden a diario en su departamento y las previsiones que maneja el sector apuntan a que el número de activos adjudicados aumentará vertiginosamente en los próximos meses. “Otra entidad nos comentaba que había puesto a la venta 400 pisos este año. Según sus estimaciones, en 2011 este dato se multiplicará hasta alcanzar las 3.000 viviendas”, recalca.
A juzgar por estas cifras, el problema sólo acaba de empezar. “El montante de activos que acumula la banca es apabullante por lo que no les va a quedar más remedio que vender y asumir pérdidas con el objetivo de poder liquidarlos”, subraya Ferrer-Bonsoms.
Un remedio al que hasta ahora las entidades se han mostrado recelosas y que, a juicio del experto, viene motivado por la falta de capacidad en la toma de decisiones de los banqueros. “En el sector hay una mentalidad de nadar y guardar la ropa, es decir, que nadie quiere poner su firma para perder dinero”, asevera.
Además, contabilizar esos números rojos podría dejar muy “tocado” el balance de las financieras. En este sentido, Ferrer reconoce que asumir esos activos es peligroso porque podría llevar a algunas entidades en situación de quiebra técnica.
Aunque el mayor dolor de cabeza de la banca es el suelo, donde también va a ser inevitable asumir pérdidas. “Pongamos un ejemplo, un suelo adjudicado por una entidad a un precio de 100. La tendencia es que es que su valor se haya ido o se irá a 20. ¿Y qué hará el banco? Pues se dirigirá al promotor para que con ese suelo de un valor inferior, monte una promoción”. “Ha sido un gran fallo financiar suelo”, sentencia.
Ante esta perspectiva, el cambio en el papel de la banca en el ladrillo parece inevitable. Hace un año, Jones Lang LaSalle firmó con una entidad su primer contrato para comercializar sus pisos. En aquel primer momento, el banco no quiso ni bajar los precios, ni ofrecer financiación. La dinámica del mercado les obligó a rebajarlos a los cuatro meses y a los siete, ya ofrecían hipotecas.
El directivo explica que los grandes bancos cuenta con auténticas promotoras para dar salida a su stock . Sin embargo, cree que casi todas las entidades van a necesitar ayuda ante el aumento de volumen de activos. Según sus cálculos, el ritmo de pisos adjudicados oscila entre los 10 y los 40 inmuebles a la semana.
Por otro lado, reconoce que las entidades están incentivando la venta de pisos desde las propias sucursales. “Muchas veces están más interesado en venderte la casa por la comisión que se llevan que por colocarte una tarjeta de crédito”.
Los precios no van a subir
Frente a las antagónicas previsiones que se lanzan sobre el negocio inmobiliario, Ferrer-Bonsoms tiene claro que los precios de las casas no van a subir. En este sentido, asegura que los precios seguirán cayendo de manera paulatina hasta tocar fondo a finales de 2011. A partir de esa fecha, considera que se mantendrán. “No hay ningún indicador que señale que los precios vayan a subir”, insiste.
Más tajante es ante la actitud del vendedor particular. “La gente tiene que entender que no vamos a volver a ver los precios de 2007”. Carlos Ferrer-Bonsoms cuenta que recientemente una clienta de la consultora consideraba un chollo su piso porque lo había rebajado hasta niveles de hace tres años. Algo que para él, resultaba insuficiente.
Las conversaciones con bancos y cajas se suceden a diario en su departamento y las previsiones que maneja el sector apuntan a que el número de activos adjudicados aumentará vertiginosamente en los próximos meses. “Otra entidad nos comentaba que había puesto a la venta 400 pisos este año. Según sus estimaciones, en 2011 este dato se multiplicará hasta alcanzar las 3.000 viviendas”, recalca.
A juzgar por estas cifras, el problema sólo acaba de empezar. “El montante de activos que acumula la banca es apabullante por lo que no les va a quedar más remedio que vender y asumir pérdidas con el objetivo de poder liquidarlos”, subraya Ferrer-Bonsoms.
Un remedio al que hasta ahora las entidades se han mostrado recelosas y que, a juicio del experto, viene motivado por la falta de capacidad en la toma de decisiones de los banqueros. “En el sector hay una mentalidad de nadar y guardar la ropa, es decir, que nadie quiere poner su firma para perder dinero”, asevera.
Además, contabilizar esos números rojos podría dejar muy “tocado” el balance de las financieras. En este sentido, Ferrer reconoce que asumir esos activos es peligroso porque podría llevar a algunas entidades en situación de quiebra técnica.
Aunque el mayor dolor de cabeza de la banca es el suelo, donde también va a ser inevitable asumir pérdidas. “Pongamos un ejemplo, un suelo adjudicado por una entidad a un precio de 100. La tendencia es que es que su valor se haya ido o se irá a 20. ¿Y qué hará el banco? Pues se dirigirá al promotor para que con ese suelo de un valor inferior, monte una promoción”. “Ha sido un gran fallo financiar suelo”, sentencia.
Ante esta perspectiva, el cambio en el papel de la banca en el ladrillo parece inevitable. Hace un año, Jones Lang LaSalle firmó con una entidad su primer contrato para comercializar sus pisos. En aquel primer momento, el banco no quiso ni bajar los precios, ni ofrecer financiación. La dinámica del mercado les obligó a rebajarlos a los cuatro meses y a los siete, ya ofrecían hipotecas.
El directivo explica que los grandes bancos cuenta con auténticas promotoras para dar salida a su stock . Sin embargo, cree que casi todas las entidades van a necesitar ayuda ante el aumento de volumen de activos. Según sus cálculos, el ritmo de pisos adjudicados oscila entre los 10 y los 40 inmuebles a la semana.
Por otro lado, reconoce que las entidades están incentivando la venta de pisos desde las propias sucursales. “Muchas veces están más interesado en venderte la casa por la comisión que se llevan que por colocarte una tarjeta de crédito”.
Los precios no van a subir
Frente a las antagónicas previsiones que se lanzan sobre el negocio inmobiliario, Ferrer-Bonsoms tiene claro que los precios de las casas no van a subir. En este sentido, asegura que los precios seguirán cayendo de manera paulatina hasta tocar fondo a finales de 2011. A partir de esa fecha, considera que se mantendrán. “No hay ningún indicador que señale que los precios vayan a subir”, insiste.
Más tajante es ante la actitud del vendedor particular. “La gente tiene que entender que no vamos a volver a ver los precios de 2007”. Carlos Ferrer-Bonsoms cuenta que recientemente una clienta de la consultora consideraba un chollo su piso porque lo había rebajado hasta niveles de hace tres años. Algo que para él, resultaba insuficiente.
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