sábado, 1 de enero de 2011

Maldito año. Por fin lás palmao.


Por fin, este año ha acabado. Nos ha traído tantas y tan malas noticias, que no puedo imaginarme que el que viene sea peor. 
Aunque nos rescaten, que será lo más probable, por lo menos ahora, ya no nos pillará desprevenidos.
Ya que, visto lo visto,  nos esperamos cualquier cosa del mercado y del gobierno.
Tal vez, de todas las desgracias acontecidas el año que ha muerto, la peor haya sido la traición de Zapatero a sus ideas y a sus electores.
Un hombre de estado y de izquierdas, le hubiera echado un órdago a los mercados y a la hermafrodita Merkel. 
¡ Hundid, España, si quereis, que si lo hacéis, vosotros váis detrás!

Pero no, el pelele de Zapatero se cagó en los pantalones el día que le llamó Obama exigiéndole recortes sociales, si no quería atenerse a las consecuencias. 

Y ya ves, de que le ha valido, hundido está el y hundidos nos ha dejado a los demás, que parecemos viejos aristócratas venidos a menos. 
Guardando aún las formas de un pasado que tal vez, nunca más vuelva.
Y todo, para poder decir al final de la legislatura ( Si es que ocurre, cosa que dudo) 
eso de que España va bien aunque a los españolitos les vaya de puta pena.

El estado de bienestar que se nos ofertó como tierra prometida en su día es el gran damnificado de ésta crisis. 
Derechos adquiridos a través de un siglo de lucha se van desvaneciendo entre un sinfín de pretextos que nadie cree.
Dicen que no habrá dinero para las pensiones y nos la recortan con 30 años de adelanto. 
Luego dirán que hay superávit, a costa será, de que pasen calamidades nuestros pensionistas.

Este maldito año que ha muerto, nos ha mostrado con toda su crudeza, la desfachatez e inmoralidad de la clase política 
que incapaz de recortarse ninguno de sus privilegios exige a la ciudadanía sacrificios de toda índole 
y ello, sin asumir ninguna de sus responsabilidades en tantas y tantas cosas 
que resulta ya aburridor y cansino comentarlas por el caso omiso que de nuestras quejas hacen.

Esta impotencia, esta amargura, ante la gran injusticia que padecemos por culpa de unos especuladores sin escrúpulos 
que encima, después de la que han liado se van a ir de rositas, es otra de las marcas que nos deja este año. 
Porque esta sensación, va a marcar y mucho, a toda la ciudadanía, que ya mira con rabia contenida y desconfianza
cualquier declaración que realizan nuestros políticos sean del signo que sean.

Como véis el panorama que nos deja el año es desolador.
Obama ha pasado de ser una esperanza de cambio a un Bush pintado de negro.
La justicia riza el rizo y defenestra al paladín de las libertades y la lía con el estatut. 
Si sumanos a esto, un rosario de decisiones judiciales más que dudosas y la lentitud con que se ejerce la administración de justicia.
sobre todo en determinados casos en el que se ven implicados ciertos pesos pesados de la política y las finanzas ( Caso Fabra)
podemos decir sin temor a equivocarnos que la justicia en nuestro país se pasa la ley por el forro de los ....

La cavernícola y retrógrada posición del PP, crispando un día sí y otro también, con el lema sagrado grabado bajo el brazo de "al enemigo ni agua",
cuando el pueblo entero estaba pidiendo a gritos un pacto para salir de esta situación. 
Mientras su líder, Rajoy, sentía y siente en su pescuezo, el aliento escudriñor de su otrora jefe. 
Ve, con flema inglesa y esperando agazapado, su hora como es vigilado, 
por el fantasma vengativo y acusador del salvapatrias Aznarín de Babia.
El cual se ha pasado el año como la bienpagá, dando discursos de tres al cuarto por esos mundos de Dios poniendo al país y a su gobierno por los suelos.

La banca sin dinero que inyectar a la economía y a las puertas de recibir nuevas ayudas para no dejarlas quebrar. 
Como si en estos dos años, con las ayudas anteriores, hubiera servido para algo el hacerlo.
Esta conversión de la deuda privada de los bancos en pública que vamos a tener que pagar todos los ciudadanos, 
va a ser un lastre que va a durar varias generaciones. 
Si fuera tan solo una deuda monetaria la carga que suponga todo esto, aún siendo malo se podría aguantar. 

Pero si lo rematas con la reforma laboral, el abaratamiento de las pensiones y su alargamiento en el tiempo, 
más todos los recortes sociales en ayudas y subvenciones
sería, si no fuera porque está tan aburguesada y dormida la ciudadanía, 
para liar una revolución como Dios manda y exigir de la forma que fuere, 
responsabilidades tanto a políticos como a financieros por el lio en el que nos han metido. 

A unos por hacerlo y a los otros por dejarlo hacer y mirar para otro lado, cuando en sus manos estuvo controlar las operaciones bancarias de dudosa fiabilidad 
y dejar, al  estallar la crisis, sin encausar a los responsables de la misma y no haber puesto el remedio correspondiente 
que era haber nacionalizado la banca o caja en dificultades y haber encauzado las ayudas recibidas dando créditos a la ciudadanía en dificultades.

Y para colmo, todavía no se ha tomado y seguramente no se tomará, ninguna medida para que esto no vuelva a suceder. 
Por lo que tienen doble responsabilidad en el manejo y solución de la crisis.
Dicen que España no es Irlanda, pero sus bancos si que lo son. Y si cae Portugal es inevitable la caída de España.

La única esperanza que existe ahora en el mundo para que las libertades y otro tipo de economía menos agresiva triunfe, la representan el gupo Alba.
Sólo ellos tienen hoy en día una cierta legitimidad al gobernar más pensando en sus pueblos que en la banca o en las multinacionales 
y nuestro deber sería ayudar, legitimando sus logros y sus posiciones, en vez de alinearnos con unos "ALIADOS" que nos venden por un plato de lentejas.

La información libre e independiente es otra de las cosas que parece va a ir desapareciendo con los años. 
La entrada de capital sionista en el País, la ley Sinde y la que nos esperan de allende los mares por la sacudida de los cablegates de wikileaks,
va a suponer una merma muy grande en la libertad informativa. La censura camuflada ,más la vigilancia obsesiva del Gran Hermano, harán el resto.

Resumiendo, este año que se nos va nadie lo va a echar de menos. 
Ni los logros deportivos conseguidos por España, van a poder borrar de nuestra memoria la desolación e impotencia que reina en nuestras almas.
Por noticias-alternativas - Publicado en: ARTÍCULOS 
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