¿Quién va a pagar lo que tú no fumes?
![]() Es más: creo que la ley contra el tabaco no va a reducir ningún gasto, siquiera a largo plazo, pero esa ya es una cuenta retorcida: el tabaco causa miles de muertes al año, como cincuenta mil he leído en alguna parte, pero lo que no se dice es que esa gente se va a morir de todos modos, un poco más vieja, de otra patología, y cobrando una pasta en pensiones. Por tanto, es positivo que se cuide de la salud de la gente y me acojonaría un Gobierno que no lo hiciese, pero no con el argumento de que eso ahorra dinero. Cuidar de la salud de la gente es una obligación, es necesario y es ineludible, pero NO ahorra dinero. Cuando más tarde nos muramos más pensiones cobraremos, más tiempo seremos dependientes, más gastaremos en medicamentos, más en hospitales, y más caros serán los tratamientos crónicos. El que se muere de un infarto por fumar es un chollo para el Estado. Y el que se muere de cáncer en lugar de morirse de Alzheimer, también. O sea que veo bien que se hable de salud, por no de salud como anotación en un libro contable. La salud como ahorro es una milonga. Pero el problema gordo, como decía al principio, no viene del lado de los gastos, sino de los ingresos. Si el Gobierno consigue que fumen menos, los impuestos que deja de recaudar van a tener que salir de algún sitio. Diez mil quinientos millones de euros es mucho dinero, y sólo con que consigan que dejen de fumar un 10 % de los que fuman, o que se venda un 10 % menos de tabaco, estaremos hablando de mil y pico millones de euros de recaudación perdida, tanto como lo que se pretende ahorrar con los recortes de las pensiones. O sea que si nos suben cincuenta céntimos la gasolina, o nos meten un estacazo increíble por algún otro lado como la luz, el gas, o lo que sea, no nos extrañemos. A veces las leyes más puritanas son también las más caras. ¿Por qué digo a veces? Casi siempre |
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