sábado, 21 de mayo de 2011

Es importante votar, pero no votaré a los que apoyaron la LeySinde.


Es importante votar, pero no votaré a los que apoyaron la LeySinde.

Cuando el PP, el PSOE y CiU decidieron en contra de toda sensatez, de espaldas a la ciudadanía, aprobar la infame e inútil Ley Sinde surgió como réplica la iniciativa ciudadana #NoLesVotes: un movimiento que busca acabar con el bipartidismo ciego que excusa corruptelas, incompetencia, política de pasillos y despilfarro. El bipartidismo del “tú más”, del “que viene la derecha”, del “cuidado con los rojos” y de las acusaciones de patio de colegio.
#NoLesVotes no defiende la abstención, todo lo contrario, anima a todos a acudir a las urnas. Los defensores de #NoLesVotes pedimos (me incluyo) que en las elecciones de mañana la gente acuda masivamente a votar… a partidos que no votasen a favor de la LeySinde. Cualquiera menos PP, PSOE o CiU.
Quizá pueda parecer extemporáneo recordar el NoLesVotes frente a las masivas acampadas de estos días pero precisamente NoLesVotes fue el pistoletazo que despertó a los descontentos igual que la muerte de un vendedor de fruta despertó la primavera árabe. Las acampadas de estos días han agrupado a una variopinta multitud de personas que venían de muchos otros movimientos similares anteriores como los grupos “Con V de Vivienda” o las protestas de Anonymous en la entrega de los Goya. Lo mejor de estos días es que si antes a los políticos les era fácil ningunear el activismo político en red llamándonos “frikis”, “cuatro gatos” o “internautas” ahora saben que desde internet es posible canalizar un enorme descontento al margen de sus estructuras habituales de poder e influencia.
Personalmente no me sumé a la convocatoria del 15M por las absurdas peticiones económicas de los convocantes de la manifestación en ese momento. Estuve hasta el miércoles de esta semana en Barcelona y antes de comentar nada quería acercarme a ver lo que había por la plaza. Cuando fui a Sol nada más volver a Madrid me gustó lo que vi. Gente genuinamente interesada en política, harta del bipartidismo absurdo, reclamando pacíficamente un cambio político.
Sol
Al ver las concentraciones me venían a la cabeza varias ideas:
  • Estas protestas son sólo el comienzo de muchas que están aún por llegar. Tenemos unas administraciones derrochadoras y sin capacidad de seguir endeudándose. Los recortes que se han hecho hasta ahora no son nada con lo que queda por delante (ajustes a la catalana en toda España). Con los recortes reales vendrán mayores protestas. Eso si no nos intervienen… si los recortes no son suficientes y nuestra economía es intervenida podemos prepararnos para manifestaciones más duras y violentas.
  • Comparar las acampadas de España con las revoluciones árabes me parece una falta de respeto. No tenemos regímenes represivos regidos por dictaduras nepotistas con un violento sistema policial. En España ninguno nos jugamos la vida por acudir a las acampadas. Hay que poner cada cosa en su sitio. En España tenemos seguridad jurídica, libertad de prensa, de asociación, de reunión, derecho al voto, etc. Tenemos las herramientas que nos permiten hacer un cambio sin necesidad de “revolución”. No me gusta que se hable de revolución. La historia de las revoluciones es triste, sangrienta, violenta y llena de miseria. Me gusta demasiado la democracia. Nos ha costado mucho conseguirla. Me revuelve el estómago que la gente se tome la palabra “revolución” a la ligera.
  • Los medios de comunicación, salvo honrosas excepciones, tardaron días en darse cuenta que la noticia no eran las imágenes precocinadas que los partidos les servían de sus mítines.
En una democracia las revoluciones derivan, a menudo, en sistemas peores que lo que había antes. No hay más que echar un ojo a Venezuela, por ejemplo. Necesitamos nuevos partidos, partidos que nos escuchen… pero ¿romper la baraja de nuestra democracia? ¿Qué viene después? ¿Cómo nos ponemos de acuerdo en las reglas básicas de convivencia? ¿Cómo sabemos que lo venga después será mejor que lo actual?
Vivimos en una democracia donde tenemos la libertad de elegir a los políticos que nos representan. El fallo no es de los políticos. El fallo es nuestro por abstenernos de votar. El fallo es nuestro por no ser más exigentes en nuestras decisiones. Si de verdad queremos un cambio tenemos que participar en las elecciones y votar responsablemente. Personalmente es lo que yo haré mañana.

Comentarios

No todas las revoluciones han llevado consigo miseria, muerte y tristeza, y prueba de ello están en los cambios generados en Islandia propuestos por la ciudadanía.
Sobre la abstención, pienso que es un error no ejercer nuestro derecho a voto y sobre todo la idea de que todo el inmenso esfuerzo, realizado por muchísimas personas en todo el país, no quedase reflejado en las elecciones me produciría una enorme frustración.
Finalmente el comportamiento de los medios de comunicación españoles sobre todas estas manifestaciones y acampadas, es de vergüenza ajena y más si cabe cuando desde el exterior se ha dado cobertura de la situación desde el primer momento.
Publicado por: Guest0923 | sábado, mayo 21, 2011 en 21:48
Jesús, si todas tus razones para descartar o incluir partidos politicos que se presentan a las elecciones es la Ley Sinde, que ni tan siquiera es ley, sino parte de una ley, y no tener en cuenta otras como derechos de homosexuales, Ley de Dependencia, Ley de Igualdad de genero, Ley de violencia de genero, etc. etc. etc. es vanalizar la politica con mayusculas.
Hay otras muchas razones para desconfiar de los partidos tradicionales, pero no me negarás que poner en el mismo saco a PP, PSOE y CIU es negar la realidad de sus diferencias. Quizas tu tengas la vida resuelta, o tan solo te interese que no te toquen Internet. Hay muchos otros derechos que revindicar, y sobre todo, a ser posible a nivel europeo o global, como el control de mercados ciegos, especulativos y desregularizados, o introducir en nuestra democracia diaria nuevos cauces de participación que las nuevas tecnologías nos ofrecen.
Por todo ello, tus reflexiones me parecen un poco vanales.
Un saludo, desde la discrepancia
No hay por qué eliminar la democracia. Pero ésta debe sufrir una evolución.
La democracia representativa actual no lo es tal. Debido al reparto de escaños no proporcional puro, las distintas ideologías no están bien distribuidas.
Que no se puedan parar de ningún modo medidas impopulares (como la mencionada Ley Sinde, o la decisión de entrar en guerra con Irak) es otro atraso. Como sólo podemos intervenir cuando asistimos a las urnas, y no formamos parte del proceso de decisión o de paralización, podemos decir que nuestra democracia es poco participativa. Entiendo que no se pueda estar pidiendo a la ciudadanía su votación en un referendum por cada decisión importante que se tome, pero no me parece justo que, por otorgar a un partido el poder durante una legislatura de 4 años, éste pueda tomar decisiones sin apenas dar explicaciones convincentes y suficientes al mismo tiempo que la sociedad en su mayoría se posiciona en contra de ellas. No es lógico ni deseable.
Creo fervientemente que una democracia mejor es posible. Yo también ejerceré mañana mi derecho a voto, pero lo haré nuevamente con el convencimiento de que el partido que lo reciba nunca podrá tener mi plena confianza, pues aunque coincidamos en buena parte de la ideología, yo les estaré dando mi permiso para actuar sin preguntar.
Me ha gustado mucho su artículo, aunque no estoy del todo de acuerdo en que seamos responsables de tener estos políticos. Sigue habiendo muchas personas que no tienen capacidad para acceder a más información que la que le sirven en la televisión. A mí Internet y el descubrimiento de la red social me ha permitido recibir información desde fuentes diferentes a las convencionales. De hecho, a pesar de que a estas alturas la Spanish Evolution (como alguien la ha llamado) recibe bastante espacio en los informativos no se trata ninguna cuestión importante como la reforma de la legislación electoral o la financiación de los partidos (me he enterado de eso de la ley d´Hont con este lío), ni siquiera la ley Sinde de la que sigo sin saber nada. Los planes de vender empresas públicas (rentables) tampoco se abordan. También me parece extraño no haber visto apenas mención a estos temas en medios internacionales de lengua inglesa.
Sí, se avecinan más recortes y me hubiera gustado ver a los responsables políticos y a los grandes partidos apretarse el cinturón tal y como piden a los demás.
Totalmente de acuerdo con sus observaciones sobre las revueltas en los países árabes, donde se siguen perdiendo vidas humanas en unos, se ha desatado una guerra civil en otro… No se debe comparar, por decencia no se debe.
Publicado por: Dali | sábado, mayo 21, 2011 en 22:52
Yo tampoco votaré a los que apoyaron la ley Sinde, así que hay consensos básicos y alcanzables ;-)
Revoluciones se han llamado a:
- los claveles en Portugal
- Islandia
- la transición checa y eslovaca separación sin traumas incluidas
Y es cierto que en muchas ha habido sangre, generalmente no provocada por los que protestaban sino por la reacción del poder:
- primavera de Praga
- Tiananmen…
Será revolucionario:
- que los temas importantes se debatan abiertamente, con luz y taquigrafos (sea la ley sinde, la república, el uso o no de la energía nuclear…)
- que los medios “de masas” se den cuenta de que no crean la opinión y que por tanto no pueden manipular alegremente
Me encanta la frase “no estoy de acuerdo con mucho gente pero moriría por defender su derecho a no estar de acuerdo”.
Pues desde la discrepancia a tu postura te hablo Paco. También apoyo la plataforma #nolesvotes. Tú me hablas de Ley de Dependencia, Ley de Matrimonio homosexual, Ley de Igualdad…etc; de igual manera yo te hablo de Ley Sinde, 5 millones de parados, ayudas a la Banca de miles de millones de euros, congelación de pensiones, bajadas de sueldos, aumentos de impuestos, etc…. Como ves aquí hay para todos los gustos y colores.
Yo reconozco haber votado las dos últimas veces PP, pero la Ley Sinde en mi caso, me abrió definitivamente los ojos. La claridad de información sobre las presiones recibidas que aportaron los cables de wikileaks, unida a la pantomima en Senado y Congreso protagonizada por PSOE, PP y CiU fue la gota que colmó el vaso.
Por lo tanto no es cuestión de vanalizar, pero cuando uno ve como dos partidos antagónicos firman un acuerdo a favor de unas multinacionales y en contra de su pueblo me da la prueba irrefutable de que ninguno de los merece mi voto.
Debemos perder el miedo, ese miedo heredado de viejas rencillas, de las dos Españas, de abuelos a hijos, de hijos a nietos…….y aquí paro yo, nunca más PP-PSOE. Intentaré un día hacer algo para dar a mi hija más y mejores opciones que mejoren su vida. Ese día empieza hoy.
Publicado por: Javier | sábado, mayo 21, 2011 en 23:03
Solo un apunte: banalizar, de banalidad. Verlo a una persona duele, a 2 ya es demasiado.
Por otro lado fascinante que por fin se reflexione sobre el voto en lugar de tener un partido político como el que tiene un equipo de fútbol, si se dispersa aunque sea un 15% de los votos a partidos minoritarios me daré por muy satisfecho, en 1 año (elecciones nacionales) puede haber una debacle, o en términos mas coloquiales, se van a cag.. encima ;-)
Publicado por: Juan Carlos | domingo, mayo 22, 2011 en 00:20

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