“El cambio en el mundo islámico es inevitable y llegará tarde o temprano”
“El cambio en el mundo islámico es inevitable y llegará tarde o temprano”
Viceprimer ministro de Turquía
JUAN CARLOS SANZ (ENVIADO ESPECIAL) - Ankara – 07/03/2011
- Con 35 años fue el ministro más joven del Gobierno de Recep Tayyip Erdogan. Jovial y desenvuelto, el viceprimer ministro Ali Babacan (Ankara, 1967) ha destacado ante un grupo de periodistas españoles los éxitos de la economía de Turquía -que dirige desde 2002, excepto durante los dos años que ocupó la cartera de Asuntos Exteriores- como “fuente de inspiración” para los cambios sociales en otros países islámicos.
Babacan, formado en universidades y empresas de Estados Unidos, es visto por diplomáticos europeos en la capital turca como un serio candidato para relevar a Erdogan al frente del Ejecutivo.
Sobre todo si el carismático líder del Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP, islamista moderado) aspira a convertirse en jefe de Estado de una eventual República presidencialista tras su previsible tercera victoria consecutiva en las elecciones del próximo 12 de junio.
- “La democratización y el éxito de Turquía han servido de inspiración”
“La UE nos tiene que decir con claridad si nos quiere o no como miembro”
“El cambio [en el Magreb y Oriente Próximo] es inevitable y llegará tarde o temprano, pero esperamos que sea ordenado y sin coste de vidas”, sentencia el viceprimer ministro turco. “Lo ocurrido hasta ahora no ha sido una sorpresa para nosotros”.
Babacan sostiene que ante el descontento que ha estallado en sociedades jóvenes, pero conectadas con el exterior gracias a las nuevas tecnologías, y conscientes de las injusticias que padecen, “los líderes deben facilitar los cambios en lugar de verse empujados por ellos”.
“Tras más de ocho años de éxito y democratización hemos emitido ondas de inspiración social[a otros países islámicos], no podemos ocultarlo”.
Ahora considera que Turquía puede contribuir con su ejemplo a que se apliquen reformas reales en la región.
Turquía prosigue con brío su proceso de transformación económica, política y social. La renta per cápita se ha multiplicado por tres, según sus datos, hasta alcanzar los 10.500 dólares en términos nominales en 2010.
Ya es la sexta economía de Europa, después de España, y la decimosexta del mundo, con un crecimiento del 8% del PIB en 2010.
La inflación se sitúa en torno al 4%, en su punto más bajo en tres décadas, y la tasa de desempleo en el 11,9%.
“Se crean 1,3 millones de puestos de trabajo anuales, pero cada año se incorporan entre 500.000 y 700.000 jóvenes a nuestro mercado laboral”, advierte Babacan.
El paro y las desigualdades ensombrecen el milagro turco. Cerca de la mitad de la riqueza está en manos del 20% de la población con mayor renta, en tanto que el 20% más pobre solo controla un 5%.
El viceprimer ministro matiza estos datos de Turkstat difundidos la pasada semana.
“La distancia entre los dos extremos se está acortando: el tramo más acomodado es solo 8,5 veces más rico que el más desfavorecido, mientras que en países emergentes como Brasil ese mismo sector social es 20 veces más acaudalado”.
“No nos podemos comparar con Suecia, pero Turquía cuenta con una distribución de la renta más justa que Rumanía o Bulgaria, miembros de la UE”, precisa.
Otras sombras del modelo turco surgen tras la reciente detención de 11 personas, en su mayoría periodistas, supuestamente relacionadas con una trama golpista en Turquía.
Las organizaciones profesionales de reporteros se han echado a la calle mientras la UE y EE UU expresaban su preocupación por las restricciones a la libertad de expresión en la sociedad turca. “Hemos sufrido varios golpes de Estado [en 1960, 1970, 1980 y 1997] en los que han participado militares, políticos, empresarios y también periodistas.
Se trata de un delito grave y ninguna profesión debe contar con privilegios”, argumenta Babacan.
“Por primera vez en la historia turca van a poder ser castigados los instigadores de un golpe: el asunto está en manos de los jueces”, zanja la cuestión.
En su etapa como ministro de Exteriores (2007-2009), Babacan dirigió las negociaciones para la adhesión de Turquía a la UE, un proceso que sigue bloqueado por el veto de Francia y Chipre.
“Las reformas son buenas para Turquía y por eso las vamos a aplicar, pero la UE nos tiene que decir con claridad si nos quiere o no como Estado miembro”, puntualiza el viceprimer ministro turco.
Erdogan ha advertido que está llegando “la hora de la verdad” para Turquía. “Hay países de la UE que violan los principios de la Unión, como los criterios de Maastricht sobre déficit público o las normas contra el proteccionismo comercial, mientras Turquía está a punto de cumplirlos”, asegura Babacan.
Sus proyecciones apuntan a que en 2023, cuando la República fundada por Atatürk cumpla 100 años, los turcos contarán con una renta per cápita de 25.000 dólares anuales.
¿Tendrán necesidad entonces los herederos del Imperio Otomano de integrarse en una Europa que hoy les da la espalda?
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